La tecnología todavía no acapara todo en el golf
El avance en herramientas de radar, monitoreo y nuevos materiales, aunado al cambio de enfoque en la preparación de los golfistas, eleva las estadísticas del juego.
En la actualidad, los jugadores aún hacen swing con el palo por ellos mismos, pero los avances en diseño y materiales de equipo o los dispositivos de monitoreo han tenido un gran impacto en este deporte en las últimas décadas, ayudando a entender el juego desde los datos para potencializar el desempeño y corregir las deficiencias.
En 1997 Tiger Woods registró 268 metros de distancia media con el driver, mientras que, hasta febrero de 2021, Bryson DeChambeau tenía un promedio de 300 metros. En 2020 se registró el promedio más alto de una temporada del PGA Tour con 271 metros.
DeChambeau es uno de los ejemplos por excelencia del golf moderno. A diferencia de los golfistas de antaño, cuyo uso del gimnasio era un paradigma y no destacaban por sus condiciones físicas, el estadounidense de 26 años encuentra una fuerte relación entre su fortaleza y masa muscular con su swing. Durante el periodo de confinamiento por la pandemia, el número 6 del ranking del PGA Tour mostró estar trabajando en casa con un simulador de golf HD, un monitor de lanzamiento de Flightscope (que sirve para diagnosticar el swing del jugador) y un gimnasio.
Además de los software de datos, el equipo ha evolucionado junto con los enfoques de la nueva generación de golfistas. Por ejemplo, los palos introducen factores como la aerodinámica, el peso de los componentes y mejores varillas de grafito para permitir a los golfistas golpear la pelota por más lejos y más recto.