SERGIO GARCÍA DICE ADIÓS A LA RYDER CUP

El conflicto del LIV Golf obliga al español a renunciar al Circuito Europeo

Lo que empezó hace un año como un pulso entre el LIV Golf y la alianza entre el PGA Tour y el European Tour no podía terminar bien. Es cierto que los saudíes han reclutado en este tiempo a algunos de los mejores jugadores de sus competidores, pero en ningún modo les han roto ni quitado interés. Al contrario, ahora son los golfistas que abrazaron el LIV Golf con más entusiasmo (Sergio García, Phil Mickelson, Dustin Johnson, Brooks Koepka o Patrick Reed) los que suspiran por conseguir cuanto antes puntos del ránking para no quedar fuera de los ‘majors’.

El último Masters de Augusta evidenció que la brecha personal que se había producido entre algunos de los deportistas, con insultos y ruptura de amistades entre ellos, se había suavizado bastante en cuanto volvieron a verse las caras. La cena de campeones de la chaqueta verde obró milagros he hizo que la sangre no llegara al río en el National. Lo mejor sería que cada cual siguiera su camino y que dejasen al golf al margen de sus disputas.

Entre tanta batalla, una competición como la Ryder Cup (la tercera más vista del mundo, después de los JJ.OO. y el Mundial de fútbol) aún albergaba la ilusión de contar con alguna de sus bazas de los últimos años. Especialmente el equipo europeo, en el que Sergio García es su hombre récord con 25,5 puntos sumados desde que debutó en 1999.

En cuanto empezó esta guerra el español se dio de baja en el PGA para evitar sanciones, algo que no hizo en este lado del Atlántico. En el fondo esperaba que su trayectoria en la Ryder le salvara, pues era su casa matriz. Mas, a raíz de una resolución judicial que permite a las organizaciones castigar a los disidentes y a la que se ha aferrado el European, se han roto las relaciones. García se ha dado de baja definitivamente y se niega a pagar los 100.000 euros de multa. En consecuencia, al no ser ya miembro en activo no es seleccionable para la cita de Roma del próximo septiembre, ni siquiera aunque el capitán le eligiera a dedo. Es una forma muy triste de poner fin a la trayectoria del más brillante golfista continental.