El objetivo de jugar golf no es hablar de negocios, invariablemente se abrirá una oportunidad para abordar el tema
Una anécdota, ocurrida años atrás, cuenta que Donald Trump se encontraba jugando golf cuando se le aproximaron cuatro personas. El grupo de individuos le dijo al empresario que deseaban formar parte de su exclusivo club. El magnate norteamericano respondió que el costo de la membresía era de 250,000 dólares, a lo que los sujetos respondieron sacando sus chequeras y pagando esta cantidad. Así, en un solo día, Donald Trump logró colocar un millón de dólares en su club. “Todo por haber ido a jugar golf”, escribió en su libro How to get rich.
El ejemplo anterior puede ilustrar por qué este deporte es percibido como el perfecto para realizar networking, entablar relaciones o cerrar acuerdos. El ideal para hacer negocios.
Si bien el objetivo de jugar golf no es hablar de negocios, invariablemente se abrirá una oportunidad para abordar el tema.
Y es que, generalmente, se dice que alrededor del golf suelen girar una serie de valores y actitudes que podrán reflejarse durante la partida: cordialidad, paciencia, orden, honradez, honestidad, transparencia, perseverancia, cooperación, entre otros.
Sería erróneo pensar que las oportunidades de negocio en un torneo de golf se limitan únicamente a los jugadores. Espectadores, marcas patrocinadoras y proveedores gozan de la posibilidad de sacar provecho al estar presentes en una competición.
“Normalmente, las empresas y las marcas se benefician de los torneos, ya que son certámenes que duran alrededor de uno a cinco días, lo que les da un espacio de tiempo importante para anunciar o posicionar su imagen ante un público que comúnmente está integrado por empresarios, gerentes, directores o tomadores de decisiones importantes para el sector empresarial. Además, es importante destacar que alrededor de una competencia hay rifas, premiaciones, ruedas de prensa, catering, networking… Es un escenario ideal para la exposición de tu marca”.