Un Masters muy difícil, se quejaron los profesionales

Un Masters muy difícil, se quejaron los profesionales

Un gran día pegándole a la bola no es suficiente cuando Augusta National Golf Club (Augusta, Georgia) juega complicado en el Masters y eso lo sufrieron los jugadores que superaron el corte. La estadística, revisando por encima, muestra que solo nueve jugadores consiguieron números rojos.

Además del clima, la cancha presentó serios retos para el ‘field’ y así lo confirmaron una vez finalizó el torneo.

El norirlandés Rory McIlroy, por ejemplo, comentó: «No hubo ‘birdies’ fáciles. Incluso en los pares 5, que por lo general son par 4 garantizados. Por como sopló el viento, a veces un cinco es buen ‘score’ y tienes que seguir».

Otro de los que habló fue el inglés Tommy Fleetwood quien aseguró que fue casi imposible dejar la bola cerca de las banderas: «Fue muy difícil quedar en cualquier punto cerca del pin. Jugué magnífico hoy. A ver, no digo que sea el mejor golfista del mundo, pero jugué realmente bien. Hice tres o cuatro ‘birdies’, así que nadie puede ser rígido con su juego».

El estadounidense Justin Thomas comentó, por su parte: «Les digo, fue muy duro. Hizo mucho frío… para alguien que le gusta usar y sentir mucho sus manos, se hace muy duro. Fue duro para todos. Parecía que la bola curvaba más».

Así mismo, el español Sergio García dejó sus impresiones al respecto: «Obviamente fue muy complicado. No solo por el viento como en los primeros dos días, sino porque el campo estaba muy duro, los ‘green’es estaban duros».http://www.golf.com

«Pudiste haber jugado realmente bien y hacer menos de 100 si acertabas un par de ‘putts’. Este campo es duro, quieres pegar bolas altas a los ‘greenes’, pero debes hacerlas bajas. Cuando los ‘green’es están tan firmes y hace viento, es un poco difícil», añadió el australiano Cameron Davis.

El estadounidense Kevin Kisner, por último, subrayó: «Fueron condiciones muy duras al comienzo […] Si tu bola queda en el lugar equivocado, cuando colocan las banderas tan cerca de los bordes, se vuelve casi imposible»