No es que fuera la mejor vuelta de Tiger Woods, pero tras su debacle en Bethpage Black, un campo en el que había ganado, se esperaba al Tigre con impaciencia en Ohio, en la ‘casa’ de Jack Nicklaus, en el campo donde ha ganado hasta en cinco ocasiones. Sin llegar a la versión del Masters, Woods remontó en el tramo final para dejar un buen sabor de boca en Muirfield Village Golf Club.
El californiano firmó 70 golpes (-2), tras encadenar tres birdies en los cinco hoyos finales (y un bogey), por los 65 de un entonado Ryan Moore, líder en casa club.
Tras Moore aparece Jordan Spieth, que sin duda parece haber olvidado el bache. Asegura que desde el Valero Texas Open todo fue a mejor, y en el PGA y el Colonial mostró su mejor versión del último año. En el campo diseñado por el ‘Golden Bear’ jugó exquisito de tee a green. Pero la diferencia estuvo en el juego corto, con el que tantas victorias ha conseguido en sus 25 años de edad en el circuito y que a corto plazo le van a devolver a los más alto.