La verdadera razón del éxito en el golf femenino

Empecemos fijándonos en la reacción de un golfista que hizo historia y que no tuvo ni un movimiento de celebración en su triunfo, el golfista Hideki Matsuyama se convirtió en ganador del Masters de Augusta, con lo que se convirtió en en el primer japonés en lograr un grande, y en el primer asiático con la chaqueta verde, pero ni un grito, ni brazos al aire, ni una miga de celebración así fue el triunfo del asiático.

Los golfistas asiáticos son minoría en la élite del circuito masculino. Solo hay seis entre los 100 mejores jugadores del mundo, cuatro japoneses y dos coreanos. A diferencia de lo que ocurre en el golf femenino, 100 de las mejores golfistas de la clasificación mundial, más de la mitad (52) son asiáticas, con Corea del Sur como la potencia indiscutible: 32 representantes, entre ellas las tres primeras del ranking, por 12 japonesas, cuatro tailandesas, tres chinas y una filipina.

¿Cuál es el secreto de las golfistas asiáticas?

Un imperio tras el que se esconde una severa disciplina y una gran presión familiar y social

Marta Figueras-Dotti , la primera deportista española que recibió una beca deportiva de EE UU, explica este fenómeno: “Hay una razón genética y una razón cultural. Genéticamente, las asiáticas tienen una sensibilidad en las manos que es increíble. Es alucinante cómo golpean el putter y aprochan. Su habilidad es brutal. Creo que influye esa tradición de los trabajos manuales que se hacen en sus países. El otro motivo tiene que ver con la disciplina que siguen desde niñas y la presión familiar, social y hasta nacional que soportan.