Jon Rahm se siente en el US Open como en su casa

Desde que comenzó el curso, Jon Rahm tiene especialmente marcado en el calendario el US Open. Tanto que voluntariamente renunció a jugar el AT&T Pebble Beach en el mismo escenario en febrero, para no quedarse con sensaciones equivocadas. El gran campo de la peninsula de Monterrey, desde cuyo hoyo 18 se divisa Carmel, el pueblo de Clint Eastwood, será muy distinto ahora que hace cuatro meses: greenes más truculentos, calles más estrechas y menos duras y un rough, típico del US Open, que penalizará severamente a quien no acierte desde el tee.

California es el estado fetiche del golfista de Barrika. Sus dos victorias individuales en el PGA Tour, el Farmers Insurance y el Carreer Builder, los ha cosechado en el estado bañado por el Pacífico. «Incluso desde la Universidad», reconoce delante de la prensa. «me encanta jugar aquí. Mis resultados en California son muy buenos. Y creo que se debe a que es bastante similiar al Norte de España, donde crecí. Costas muy parecidas, campos muy parecidos. Y me siento muy cómodo».

Además», añade. «Hay otra razón y es que los greenes son de poa -una hierba que es más rápida que la bermuda, que obliga a cortarla a diario- y yo en ellos me siento muy cómodo. Más que en ninguna otra semana vamos a fallar muchos putts. Salvo que seas el Tiger de 2000, se van a fallar muchos putts entre dos y tres metros.

Rahm tenía cinco años en la exhibición que dio Tiger Woods en 2000. Ni siquiera se había interesado por el golf. Pero es un enamorado de la historia del golf.

Jon se entrenó el martes con Phil Mickelson, al que le une gran amistad desde hace años por su hermano, que fue su profesor en la Universidad de Arizona. «Es zurdo y juega completamente distinto a mí. Pero le he hecho muchas preguntas de cómo jugar algunos golpes alrededor del green. Ha jugado cuatro US Open aquí y lo ha visto ya todo».