Jon Rahm: «Puede que tenga un talento, pero también lo tienen los jardineros, los panaderos…»

Empezando por el final, antes de colgar el teléfono, Jon Rahm (Barrika, 1994) arroja el enésimo titular de la entrevista: «Aquí somos todos iguales. Puede que yo tenga un talento, en algo que levanta mucha expectación, pero también lo tiene el jardinero, el panadero o el periodista que hace una crónica. No por destacar en algo en especial la gente nos debería valorar distinto».

Jon tiene la frescura del joven de 24 años y la pausa que le ha dado educarse entre adultos desde que comenzó a despuntar en la Universidad de Arizona, guiado por Tim Mickelson, el hermano del genial zurdo Phil. Fue tanta la determinación que el entrenador vio en él que dejó la docencia para saltar al mundo profesional, aunque sus caminos discurran ahora de forma paralela.

«En el golf hay que ser humilde y estar agradecido por lo que se consigue»

P. Si tuviera que elegir, ¿con qué momento se quedaría?

R. Difícil. Pero si tuviera que elegir uno solo, me quedaría con la victoria en la Ryder Cup ante Tiger Woods. No ya sólo porque no había tenido buen resultado en los partidos por parejas, sino por el momento en que se produjo, porque era el primer punto entero para Europa, y porque estaba jugando contra uno de mis ídolos. La importancia de esa victoria es algo imborrable.

P. ¿Qué ha aprendido durante estos tres años?

R. Cada día uno aprende de sí mismo. Donde más he aprendido ha sido a la hora de desconectar después de cada jornada de trabajo. Estamos todo el rato viajando o jugando y es algo que es necesario para seguir mucho tiempo.