Un ‘driver’ de peso modificable o cara más cerrada, siempre tener un híbrido a disposición o ‘grips’ adecuados, algunas sugerencias.
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Comprar unos palos de golf no es una decisión que se deba tomar a la ligera. Ajustar bien el ‘driver’ a sus necesidades, la propia elección del ‘driver’, y entender las capacidades de los híbridos, pueden ayudarle.
Para comenzar, se recomienda hacer «un ajuste propicio» del ‘driver’ para con ello no solo conseguir mayores distancias en las salidas sino también consistencia en cada golpe.
Así mismo, para ese momento del juego, es muy importante elegir el mejor ‘driver’ para no incurrir en el frustante ‘slice’ o el ‘hook’. Podría probar con uno de peso modificable o alguno con una cara más cerrada.
Por otro lado, no es un secreto que el mercado de segunda es muy apetecido entre quienes están comenzando en el golf, por lo que hay que tener mucho cuidado a la hora de comprar. Se recomienda, además de saber a quién se le compra, revisar muy bien el estado real de los palos ya que «algo tan sencillo como los ‘grips’ pueden terminar en un costo adicional».
También aconseja, por lo menos, incluir un híbrido en su talega cuando la esté armando, ya que puede conseguir mejores resultados que con los hierros en cuanto a distancias. No solo es eso, sino que con un híbrido los golpes caen más suave en los ‘greenes’ y también son buenos para escapar de los ‘roughs’ tupidos.
Así mismo, Webb Simpson, jugador del PGA Tour, añadió que uno de los errores más comunes entre los aficionados es que eligen palos muy pesados, queriendo equipararse a los profesionales: «Los hierros de jugadores profesionales requieren mucha habilidad ya que son más pequeños”.
También hay que identificar la mejor manera de elegir nuestras bolas de juego: No permita que su hándicap limite el tipo de bola que debe usar. Más bien busque el golpe que determine qué tan bien juega un hoyo y luego elija la bola que mejore esa habilidad o le permita fallar menos.
