Tiger Woods: «El golf nunca ha sido lo más importante de mi vida»

Tiger Woods mira los partes meteorológicos que anuncian esta semana y frunce el ceño. Anuncian lluvia y fresco en Portrush, dos elementos que le hacen sufrir con las articulaciones y las cicatrices de su cuerpo. En esas condiciones, sus opciones de victoria disminuyen por el dolor.

Pero pisa el Royal Golf Portrush, al campo de los «bunkers infernales», donde la distancia no lo es todo, greenes lentos que van a obligar a atacarlos desde la entrada, con botecitos de la bola antes de que se acerquen al objetivo, donde para 140 metros es mejor usar el pitching wedge que clavar un hierro 9, lo que dicta la distancia, y se ilusiona. Su veteranía, el conocimiento de saber jugar los links como pocos entre los 156 jugadores que participan, refuerzan sus opciones. «Jugar los links es un arte», concluye.

Woods nunca se había dejado caer por estas latitudes. No había pasado del Royal County Down, un campo que está a más de 120 km de Portrush, totalmente distinto. Incluso cuando pescaba con Payne Stewart y Mark O’Meara antes de acudir al Open Británico, dos décadas atrás, lo hacía en la parte sur de la isla. No conoce el campo. No ha preguntado a Graeme McDowell, que es el golfista local, o a Rory McIlroy, que lo jugó de joven. Menos a Ricky Elliott, el caddie de Koepka que nació a las puertas del club y que más lo conoce. Es una ventaja que el número 1 mundial no está dispuesto a conceder.

«Os voy a contar una historia graciosa», dijo Tiger en la carpa de Prensa.«Escribí a Brooks para felicitarle por otro gran final tras el US Open. Lo que está haciendo esta temporada, esa solidez, es increíble. Y le dije: «Amigo, ¿qué tal si nos vemos y jugamos una ronda de prácticas? Y no me ha contestado (risas)».

Woods, no obstante, no necesita ayudas. Ha ganado tres veces el Open, el año pasado fue el grande donde volvió a verse en disposición de ganar y eso ayuda. Además del ansia por competir. En los últimos cuatro meses sólo ha jugado cinco torneos.

Tiger no entrenará el miércoles para reservar fuerzas. Se quiere perder por algún lugar de la zona y ver los bellos paisajes que rodean, descifrar su libro de notas con las claves para jugar en Portrush y darse una oportunidad de sumar el decimoséptimo grande.