-¿Qué debe estar dispuesto a hacer un golfista en la parte técnica, física y mental para intentar llegar alto?
-Desde muy chico, un golfista ya tiene la marca registrada de su técnica, que lógicamente irá puliendo para aspirar a ser alguien y llegar alto. Pero para mí, lo técnico es la segunda faceta más importante: lo primero es contar con un equipo de trabajo con un buen preparador físico, además de una persona con la que uno pueda descargarse y hablar, que vendría a ser el psicólogo. Eso es clave. También, un muy buen manejo del manager para planificar el calendario y diversa gente que te rodea para colaborar en la búsqueda de grandes objetivos.
-¿Qué cosas hay que resignar?
-Lo que resignaría cualquier atleta de alto rendimiento: comidas, bebidas, fiestas, eventos y reuniones familiares.
-¿Qué cosas pasan por la cabeza de un golfista cuando sueña en grande?
-Un golfista profesional con condiciones siempre sueña con jugar giras bien importantes como el PGA Tour y el Tour Europeo, donde puede cumplir sus objetivos y tener la parte económica mucho más tranquila. Pero son pocos los que llegan; creo que el embudo es muy chiquito. Son muchísimos lo que lo intentan, aunque la mayoría queda en el camino. Sin embargo, uno también tiene que ser realista y saber hasta dónde se puede llegar y en qué tiene que trabajar para mejorar. Están los que han decidido inclinarse por la enseñanza porque interiormente saben que no les da. Es importante ser consciente del nivel que uno tiene y entender si se puede llegar alto o no.