Solo aquellos jugadores que hayan hecho alguna vez un fitting saben de la importancia que puede llegar a tener en sus vueltas. Seguro que lo han escuchado a muchos de sus amigos:
“Estos hierros me van mejor”, “he ganado diez metros” o “transmite mejores sensaciones”
Son algunas de las sentencias más habituales tras comprar un palo nuevo. A veces lo han probado y sabían lo que hacían; otras, se lo han llevado a casa en un impulso. Este último caso ha provocado que muchos hándicap medios terminen pegando un driver con una varilla más dura o pesada de lo habitual o incluso que alguno, con casi dos metros de altura, utilice palos de la misma longitud que otro que mide un metro sesenta. El golf es un deporte que requiere de una gran precisión y, sinceramente, no son muchos los aficionados que se preocupan de saber qué es el bounce, qué velocidad generan en la cabeza del palo o qué distancias cubren con cada uno de ellos.
Para el jugador de fin de semana, la palabra “fitting” suponía una molestia de tiempo, dinero y preocupaciones y, al fin y al cabo, se trataba de mandar la bola hacia delante, ¿no? Un hándicap veinte no necesita tanta sofisticación.
Todas estas ideas se difuminan rápidamente cuando uno se somete a un fitting y ve todo lo que puede mejorar su juego con tan solo unos ajustes. Proporcionalmente, las ventajas pueden llegar a ser tantas como cuando se aprende a coger correctamente el palo y, por suerte, ahora es más sencillo que nunca medir nuestro cuerpo con respecto al material que utilizamos.
El fitting está basado en dos partes bien diferenciadas. En la primera, se analiza su swing y algunos factores tan variados como la velocidad que es capaz de generar, el smash factor, spin loft o la línea que sigue el palo a través del impacto.
Una vez recopilada la información, comienza la segunda parte del fitting, en la que se utiliza el sistema FlightScope para medir todos los datos relacionados con sus golpes. Consiste en tirar varias bolas con cada uno de sus palos y ver cuánta distancia alcanza, qué spin genera en la bola o, simplemente, la trayectoria que sigue en el aire.